Este artículo se publicó originalmente en el Boletín Informativo de Acción Educativa Nº 77. Marzo de 1993.
Con el ánimo de recuperar y actualizar una parte importante de lo que hacían y decían algunos de nuestros Maestros de principios de siglo, traemos a estas páginas una experiencia pedagógica innovadora, desarrollada entre 1917 y 1936. Su autor, D. Ángel Llorca y García y su espíritu, la Institución Libre de Enseñanza.
Se realizó en el Grupo Escolar Cervantes de Madrid, y en El Perelló (Valencia) –durante la Guerra Civil, con un afán de continuidad aunque esta última fase del 36 al 39 se puede considerar una experiencia independiente: las Colonias de la Infancia Evacuada.
Recientemente ACCIÓN EDUCATIVA se ha hecho depositaria de todos los papeles personales documentos, publicaciones, etc., de la vida profesional de D. Ángel Llorca, gracias a la donación de Dña. Mª Carmen Cabello Pérez, quien –tras conservar muchos años este legado– ha querido que sea esta institución la que se encargue de sacar a la luz esa parte de la Historia de la Educación en España. Desde aquí nuestro agradecimiento y el compromiso de propiciar el mejor aprovechamiento de este Legado para la Escuela actual y para personas estudiosas de la Educación.
En el 50 aniversario de la muerte de D. Ángel Llorca (1866-1942) queremos hacer desde estas páginas, no sólo un homenajes sino una difusión de las ideas y la obra de este insigne maestro y pedagogo, entendiendo que muchas de sus experiencias y proyectos tienen plena actualidad en este momento de puesta en marcha de la LOGSE.
Biografía
1866. Nace el 25 de Julio en Orcheta (Alicante)
1887. Obtiene el título de Maestro de Primera Enseñanza. 1889. Es nombrado Maestro de Escuela en Elche.
1892. Cursa los estudios de la Escuela Normal de Madrid.
1895. Obtiene el título de Maestro de Primera Enseñanza Normal. Participa en la Asamblea del Magisterio de Valencia y en las Conferencias Pedagógicas de Alicante.
1905. Se le concede el Premio de Honor y Medalla de Oro en la Exposición escolar de Bilbao por lo trabajos de su Escuela de Elche, siendo miembros del Jurado D. Manuel B. Cossío y D. Miguel Unamuno.
1907. Cesa como Maestro de Elche. En agradecimiento a su labor se da el nombre de Ángel Llorca a una de las calles de la ciudad. Pasa a desempeñar el puesto de maestro de una Escuela elemental de Madrid. Estudia Pedagogía con Cossío y Psicología con Simarro.
1909. Toma posesión de una Escuela elemental en Valladolid.
1910. Es pensionado por la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones científicas para estudiar la Enseñanza primaria e Instituciones complementarias de la –Educación popular en Francia, Bélgica, Italia y Suiza.
1912. A propuesta de la misma Junta, dirige un viaje de Maestros por Francia, Bélgica y Suiza.
1913. Es nombrado Maestro de una Escuela elemental en Madrid.
1916. Es nombrado Director del Grupo Escolar Cervantes, de Madrid.
1921. Dirige un viaje de estudios de Inspectores y Maestros por Francia, Bélgica e Italia.
1922. Asiste a un curso del Instituto J.J. Rousseau, al Congreso de Educación Moral de Ginebra y visita escuelas alemanas en Munich y Heidelberg.
1923. Asiste con un grupo de Maestros del Grupo Escolar Cervantes al Congreso de Educación Nacional del Instituto J. J. Rousseau, visitando después escuelas en Francia, Alemania, Suiza y Austria.
1927. Asiste al Congreso de Educación nueva de Locarno.
1929. Asiste al Congreso de Helsingor (Dinamarca) y visita escuelas en este país y en Oslo.
1932. Vocal de la Comisión para dictaminar sobre Material y Mobiliario de enseñanza. Colabora en los Cursillos de perfeccionamiento organizados por la Dirección General de Primera Enseñanza, por la Junta para la Ampliación de Estudios y por el Patronato del Grupo Escolar Cervantes. Es nombrado Inspector Maestro de un Grupo de Escuelas Graduadas y Unitarias de Madrid.
1936. Es jubilado el 25 de julio, a los setenta años de edad, después de cincuenta años de vida profesional.
Habiendo comenzado por aquellos días la guerra, organiza una Residencia Infantil en el Grupo Cervantes, y continúa trabajando como Maestro de sección en una clase hasta finales de noviembre, en que cesa toda actividad escolar en este Centro.
En el mes de diciembre se traslada a Valencia, en donde colabora en la organización de la vida de internado de los niños evacuados de Madrid.
1937. Con un grupo de Maestros jóvenes inicia en El Perelló (Valencia) las Comunidades Familiares de Educación, en las que, conviviendo con los niños y Maestros, agrupados en núcleos familiares, da realidad a una orientación pedagógica basada sobre su experiencia e ideas propias. Este excelente ensayo pedagógico perdura hasta marzo de 1.939. Finaliza la guerra y niños y Maestro tienen que regresar a sus procedencias.
1939. Continúa en Madrid dedicado al estudio de problemas pedagógicos, y señala la posibilidad de nuevos derroteros de la enseñanza basados en las Comunidades Familiares de educación.
1942. El día 13 de diciembre alcanza el final de su vida. De su vida siempre clara, recta y noble.
Publicaciones
- Cómo es y cómo deberá ser nuestra educación popular. Conferencia pronunciada en Elche. 1896.
- Escuelas graduadas. Memoria premiada. 1905.
- Cinematógrafo educativo. Premiado. 1906.
- Leer escribiendo. 1ª y 2ª parte. 1911.
- Historia educativa. 1912.
- Más lecciones de cosas. 1912.
- La escuela primaria y Instituciones complementarias de la educación popular en Francia, Bélgica, Suiza e Italia. 1912.
- El primer año de Geografía Universal. 1914.
- Aritmética. 1º y 2º grado. 1918.
- Las Comunidades Familiares de Educación. (Inédita).
Recuperar la memoria histórica es un deber, y en este caso, es un placer, confirmar que la Escuela española estuvo integrada por el movimiento de renovación pedagógica de la Escuela Nueva en Europa. Nuestro país intercambiaba experiencias pedagógicas y participaba en los principales foros europeos para la renovación de la Escuela (Cursos del Instituto J.J. Rousseau de Ginebra, Congreso de EscuelA Nueva de Heidelberg, Congreso de Locarno).
La obra que tuvo más proyección nacional e internacional de este gran pedagogo fue el Grupo Escolar Cervantes. El proyecto se gestó en 1916 y en la Residencia de Estudiantes (el otro gran marco de referencia de su obra, donde vivió D. Ángel más de veinte años), con la colaboración de D. Manuel B. de Cossío y el ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, D. Joaquín Salvatella.
Los fines de este grupo escolar fueron …los que corresponden a todas las Escuelas graduadas, y los especiales de servir de práctica para: en ensayo de nuevos procedimientos pedagógicos; los cursos de Perfeccionamiento de profesores; los pensionados por la Junta para la Ampliación de Estudios (que vayan al extranjero, y a su regreso deseen ensayar algún procedimiento nuevo); los alumnos de la Cátedra de Pedagogía superior de la Universidad Central; los alumnos del Curso permanente de Dibujo, y entender la acción educativa de la Escuela a las familias de los niños que asistan a ella; además, esta Escuela podrá servir como práctica al Museo Pedagógico Nacional… (Reales Decretos de 1916, 1917 y 1919).
La experiencia se desarrolló a lo largo de casi veinte años, y en su última fase ya hubo una serie de escuelas públicas (que podríamos llamar satélites del Grupo Escolar Cervantes) regentadas por directores formados en el propio grupo Cervantes y bajo las instrucciones de D. Ángel Llorca.
Ya hemos mencionado otra experiencia interesante desarrollada durante la Guerra Civil en El Perelló: Comunidades Escolares para la Infancia Evacuada, niños y maestros formando pequeños núcleos familiares.
Repasando sus papeles encontramos que en el año 1916 hablaba ya de las Granjas-Escuelas.
Los Talleres de trabajos manuales eran elemento fundamental en su Escuela, así como las Enseñanzas estéticas o artística (Dibujo, Música, Canto, Recitado) y la Educación Física-deportiva (juegos, natación, baños de sol, paseos).
Lugar destacado tenían las Salidas, Excursiones, Paseos y Visitas a Museos. Y los libros y la Biblioteca (de aula, del profesor, del Colegio, en las galerías del edificio). Y envolviendo todo ello, el sol, el aire, la naturaleza: hay en todos sus proyectos una gran preocupación medioambiental.
Volviendo más atrás hallamos el manuscrito que envió (Junto con los Trabajos escolares) a la Exposición de Bilbao, en 1905 –donde obtuvo la medalla de oro. Acompañamos el texto íntegro de esa memoria, que ya expresaba muchas de las ideas pedagógica que luego irá desarrollando a lo largo de su vida profesional.
Memoria Pedagógica para la Exposición de Bilbao 1905
Artículo de un periódico de Elche que D. Ángel Llorca escribe al alcalde de la Ciudad. Lo envía junto a la Memoria Pedagógica, a la Exposición de Bilbao
El local lo conoce V. bien. Es un piso bajo en inmediata comunicación con la calle y forma un cuadrilátero algo irregular, pues el lado menor mide unos 8 metros y el mayor no llega a 9 y medio. La altura del tedio es de poco más de 4 metros. Su superficie alcanza unos 74 metros cuadrados y el volumen se aproxima a 314 metros cúbicos. Adjunto tiene un patio como un medio celemín, donde está emplazado el retrete, y las paredes que lo circundan son tan elevadas, que por entre ellas se logra ver el cielo como por tubo de chimenea. Excusado es decir que el ambiente del tal patiecillo no huele a ámbar ni a rosas.
Alúmbrase el local por cuatro raquíticas ventanas con sendas y espesas rejas que le dan más aspecto de cárcel que de escuela. Las dos calles adyacentes son estrechas, pues la una pasa poco de tres metros y la otra no llega a cinco y medio y como los edificios próximos son altos y la orientación del local Norte, del sol llegan sólo los reflejos, es decir, lo que puede perjudicar y no lo que beneficia, y la tristeza y lobreguez forman digno consorcio con los mefíticos olores a que antes aludí. Pero si faltan los alegres y salutíferos rayos solares y el aire puro e higiénico en cambio sobran en todo momento el polvo y los ruidos de la calle. De lo que será el polvo puede V. juzgar por las frecuentes ventoleras que aquí sufrimos y lo bien que soplan en los alrededores de Santa María, y del ruido podrá hacerse cargo, teniendo en cuenta los 70 u 80 niños que en la escuela conspiran constantemente contra una disciplina opuesta a su natural turbulencia, las niñas que en el piso alto abrigan iguales propósitos y el trajinar constante de gentes y carruajes por las calles circundantes.
Pocas veces se hace el silencio en mi escuela, ¿Pero piensa V. que he alcanzado la victoria, si alguna vez llega a hacerse? Los ruidos de arriba y de fuera que los de dentro apagaban, lo llenan entonces todo.
¿Se abren las ventanas? Pues ya sabe y. polvo, viento, ruido, la curiosidad callejera que de continuo se introduce por las ventanas de mil diversos modos, dando al traste con la débil atención del niño… ¿Se cierran? Los olores del patiecillo y los propios de la clase que envenenan el ambiente, la falta de ventilación que ahoga, la escasez de luz que ciega.
La diferencia entre lo legislado para la Escuela y la escuela real es abismal
Ya dije que el volumen del salón es escasamente de 314 metros cúbicos. Se sabe que por término medio cada individuo consume 10 metros cúbicos de aire por hora, de donde resulta que 70 niños en las tres horas de clase consumirán 2100 ¡Una friolera! ¿Es posible tener las ventanas cerradas?
Pues las consideraciones sobre el área no conducen a resultados menos dolorosos. En las escuelas suizas se concede a cada alumno 1 metro 45 decímetros de superficie; en Suecia 1 metro 52 decímetros; en Francia 1 metro 25 decímetros. Los higienistas y pedagogos no transigen con menos que con lo obligatorio en Francia; pero aconsejando que se llegue siempre que se pueda a 1 metro 50 decímetros. En España, un decreto refrendado por el Sr. Gamazo, fecha 5 Octubre de 1883, señala 1 metro 86 decímetros para los alumnos de 5 a 12 años y 3 m. 9 d. para los de 13 a 16. Con el mínimum admitido, no llegando siguiera a lo legal en España, 70 alumnos necesitan 87 metros, 50 decímetros. Mi escuela sólo tiene 74 m, 67 d. ¿Y cuándo la asistencia es de 80 o más? El delirio.
Pues no todos los inconvenientes están en el local. De los 102 niños matriculados hasta ahora, 57 están entre los 6 y los 9 años, 44 entre los 9 y los 12 y ano pasa de 12; y los hay de 8 años que escriben y de 11 que no saben coger la pluma, y así en lo demás; y en cuanto a procedencias, un verdadero maremagnum. Y todos están juntos y sujetos al mismo régimen y permanecen tiempo igual en la escuela. ¿Cabe mayor absurdo?
En condiciones tales, los niños pierden el tiempo lastimosamente; su educación se realiza tardía y malamente y su salud está en constante peligro, y el maestro consume sus energías en estéril y embrutecedora ludia y mancha y pisotea a cada momento su dignidad profesional. Y son los hijos de todos los que pasan por tales horas caudinas, y nadie se subleva por ello y es general la indiferencia.
Ostentación en ciertas obras públicas y escasa inversión en Educación
Y mientras se realizan obras de puro lujo y se hacen lodos los sacrificios imaginables para conservar edificios que encarnan el ideal de pasadas centurias, almacenamos a los niños, a los hombres de mañana, a la materia prima de todo posible adelanto, en lugares infectos y amargamos sus primeros pasos por la senda de la vida, y les inutilizamos para el cumplimiento de sus fines. ¡Así criamos tan buen pelo!
La Reforma escolar que se impone (…1900…)
¿Y no va a terminar esto nunca? Años pasados escribí dos series de artículos sobre estos asuntos, que circularon por aquí bastante, pero sin duda no llamaron la atención de nadie. Ni un sólo día, en varios años, he dejado de hablar sobre la reforma escolar que se impone. En el año 1902 conseguí que las sociedades obreras que festejaban el 1o de Mayo, hicieran suyo mi proyecto de reforma local de la enseñanza v solicitasen del muy ilustre Ayuntamiento su realización. Todo en vano. En Elche, por lo visto, nadie se acuerda de los niños. Se construyen paseos, se reparan templos, se arreglan calles, se organizan círculos políticos y de recreo. Para las escuelas no pasan días. Siguen con sus locales lóbregos, tristes, hediondos. Siguen con su organización absurda, arcaica, rutinaria. Siguen esclavizando, martirizando, matando intelectual y físicamente a la infancia y esclavizando, martirizando, matando intelectual y físicamente al maestro.
Estas escuelas, hay que decirlo y repetirlo mil veces para que llegue a conocimiento de todos y ver si alguna vez estallan los corazones de pena, o de vergüenza, o de ira, son escarnio de la ciencia, burla de la higiene, afrenta de la pedagogía, negación del sentido común.
Hay soluciones que no cuestan un solo céntimo
Ofrecí a V. en cierta ocasión, soluciones para remediar el mal y voy a dárselas. Quiso V. que fuesen tales que en nada gravasen los presupuestos (todos avaros para la educación) y va V. a ver en seguida como las hay que no cuestan un solo céntimo.
Escuelas unitarias con 70/80 niños
Yo no puedo estar en relación constante con los 70 u 80 niños de mi escuela. Eso se le alcanza a cualquiera. Ni aún divididos en tres grupos, superior, medio e inferior, cabe esa inmediata, diaria relación. Pero concedamos la posibilidad. A cada grupo corresponderán dos horas de trabajo de las seis diarias de clase. ¡Pero que trabajo! Mientras se explica a un grupo, permanecen los otros dos en el mismo local y hay que reprimir «naturales» turbulencias, enfadarse grotescamente por hechos «inevitables», reprender y castigar faltas inherentes a la infancia y al medio, que en realidad «no son tales faltas», atender a mil incidentes: el banco que cae con estrépito, la tinta que se derrama, la sangre que brota por las narices de uno, y chichón que se ha causado otro, etc., etc. y «desatender» los cien ruidos de arriba y los mil de la calle: entierros, carros, coches, músicas callejeras, vendedores que vocean, pequeños vagabundos que se encaraman por las rejas y gritan e incomodan. Figúrese V. lo que. será una lección dada en tales condiciones y las energías que se derrocharán inútilmente y el poco tiempo aprovechable que de las dos horas quedará para una labor que no puede ser buena.
¿Manera de evitarlo? Sencillísima.
Propuesta de Escuela Graduada
Se dispone una habitación capaz solo para 25 o 30 niños, aislada de la calle, bien soleada, alegre, bonita. Se dividen los niños en tres grupos, y se les hace ir a escuela en distintas horas, dedicando dos para cada grupo. ¿Cabe más sencillez? El cambio es radical. Ya tenemos la escuela pedagógica; educativa, sana, agradable. La asistencia a la escuela es compatible con el aprendizaje de cualquier oficio. Los niños pueden auxiliar a sus padres en las faenas domésticas, si hace falta. Queda tiempo para todo. ¿Coste de la reforma? Nada. Con el alquiler que dieran por el local del Ayuntamiento, se tendría el nuevo.
Escuela de guardar niños…
Pero me dirá V.: es que muchos padres envían sus hijos a la escuela, no tanto para que aprendan como para que no estorben en casa. Conforme. En tal caso, se alquile una casa que reúna las condiciones de la indicada habitación y que además tenga patio o huerto, cuanto más grande mejor. Se disponen dos habitaciones y mientras en la una trabaja el maestro con un grupo, en la otra o en el patio los niños restantes se preparan o juegan bajo la vigilancia de un ayudante.
Maestros y Ayudantes
¿Qué puede costar todo ello? 200 pesetas por exceso de alquiler y 500 pesetas para el ayudante, 700. Ese mismo ayudante, como aquí hacen los que tienen escuelas privadas, puede llevar los niños a paseo y aún cuidar de sus juegos durante las vacaciones, con un sobresueldo, que podrán pagar los padres por la permanencia.
¿Quiere V. soluciones de mayores vuelos?
Las cuatro escuelas de. niños que hay en Elche se reducen a dos con un solo maestro y tres auxiliares cada una. Se construyen dos grandes edificios con la dirección y el consejo de personas técnicas: pedagogos, higienistas y arquitectos y ya tenemos dos escuelas graduadas con cuatro grados por lo menos cada una. Cierto que en el extranjero las hay con diez y doce grados; pero aquí podernos darnos por muy satisfechos con esos cuatro.
No sólo propone la Escuela Graduada. Sugiere además la autonomía de las Escuelas para acometer cada cual las reformas que precise
Importe de la reforma. A cuarenta mil pesetas cada edificio, ochenta mil pesetas por una sola vez y tres mil pesetas anuales sobre el gasto actual para el personal y de ello habría que rebajar el alquiler o valor en venta de los edificios que ahora ocupan las escuelas.
Y lo que digo de mi escuela, creo podría firmarse de los demás, y aplicar en las de niñas y párvulos lo que para las de niños dejo propuesto.
Cumplida queda mi promesa. La ocasión no puede ser más oportuna, ya que según tengo entendido, el actual gobernador civil de la provincia es decidido defensor de la enseñanza y habría de facilitar la realización de cualquier reforma beneficiosa que se iniciase.
Puedo enseñarles una porción de trabajos hechos por los niños: redacciones varias, dictados, copias, dibujos, mapas. Valen poco; pero son elocuente muestra de lo que cabría hacer con cualquiera de las reformas indicadas.
Dispense si voluntariamente he cometido alguna incorrección v permítame que me ofrezca una vez más de usted affmo. amigo.
Ángel Llorca y García
Elche 23 Enero 1904
Memoria Pedagógica (que añadía al artículo del periódico)
Transcripción original del manuscrito:
En este pueblo se habla el dialecto valenciano.
La mayoría de los alumnos son hijos de obreros y durante el curso abandonan muchas veces la escuela, por exigencias de la industria local, semanas y aún meses enteros.
La asistencia pocas veces se prolonga hasta el limite de la edad reglamentaria: a los pobres les llama el taller; a los ricos, el instituto.
La Junta local no se ocupa para nada de las escuelas. Deja pasar años enteros sin visitarlas. La inspección provincial no muestra mayor actividad: en 10 años he tenido una sola visita de inspección.
He intentado enseñar la lectura por la escritura. En absoluto no he podido conseguirlo. Con más homogeneidad en los niños sería posible v de grandes resultados. De todos modos procuro que escritura y lectura se realicen, cuando menos, simultáneamente y lo menos irracionalmente posible.
También he tenido que transigir con los libros de texto. Confieso que fracasé cuando intenté suprimirlos. Ahora tengo libros para todas las asignaturas excepto la Aritmética. Todas las clases son de lectura. Principio leyendo yo las lecciones, interrumpiéndome frecuentemente para explicar, comentar, preguntar. Después leen los niños individualmente. En muchos casos hay que prescindir del libro; en otros, alterar el orden en ellos establecido. Nada de lecciones de memoria. Los resúmenes que suelen llevar algunos libros al final de cada lección se omiten.
En Aritmética doy más importancia al cálculo mental que al escrito. Me detengo mucho en la numeración y a ello vuelvo en todos los avances.
Las llamadas a la realidad son continuas. Me esfuerzo para que los niños no sean ajenos a nada de cuanto a su alrededor ocurre. Aspiro, en cuanto quepa, a que la escuela sea imagen de la vida.
El material de la escuela está siempre a disposición de los niños; libros, mapas, dibujos, estampas, todo está al alcance de su mano, y pueden leer lo que más les agrade, y dibujar, copiar, manejar aquello que les venga en gana.
La escritura consiste en copias de cartas, facturas, etc., es decir, documentos usuales previamente explicados; en dictados ortográficos y sobre diversos asuntos; en composiciones variadas y las más de las veces libres. Lo que no cabe es corregir todos estos trabajos. Por eso no encargo nada para hacerlo en casa. Digo, sí, siempre que se ofrece la ocasión, la manera de ocupar aprovechar el tiempo en casa, en la calle, en la playa, en el campo, en la montaña, en los viajes… y dejo hacer. Y algo hacen.
Nunca he podido llevar un registro pedagógico que merezca tal nombre. Tampoco el diario escolar ha respondido a mis deseos.
La distribución del tiempo y del trabajo es amplia, hecha de modo que pueda acomodarse a las exigencias de la escuela en cada curso, y aún en cada temporada y en cada día. No es bueno lo que hoy tengo; pero era muchísimo peor lo que encontré. Durante varios años coleccioné cuanto los niños escribieron. Canseme al fin de conservar papeles que a nadie interesaban. A las gentes no hay que ofrecerles pedazos de realidad; gustan de ser engañadas.
Lo que ahora envío a Bilbao son restos de aquellas colecciones, no sin trabajo reunidos. Allá va no como nuncios de victoria, sino como muestra de las deficiencias de nuestra escuela.
Elche, 15 de julio de 1905
A continuación hace una relación de los trabajos que envía: Diarios de clase, Dictados, Copias, Problemas, Composiciones, Dibujos, Colecciones de mapas de Geografía e Historia de España, Colecciones de cartas, Cuadernos de composición colectiva, y trabajos varios desde 1898 a 1905.
El «LEGADO ÁNGEL LLORCA » contiene, proyectos, memorias, ensayos y escritos de la más diversa índole, desde Teoría pedagógica, Didácticas especiales o materias, Guiones de clases, Organización escolar, Modelos de Salidas y visitas a Museos, hasta Estudios de mobiliario y material escolar, Sistemas de Formación y perfeccionamiento de profesorado; y diseño de actividades genuinas como las «Veladas familiares» y los «Recreos educativos».
Trataremos de mostrar o contar lo más interesante por su valor y originalidad, o por su actualidad y adaptabilidad a la Escuela de hoy.
Elisa Alonso –maestra, que fue alumna de aquella experiencia– cuya trayectoria profesional de constante innovación y creatividad ha estado fuertemente marcada por la Escuela de D. Ángel Llorca, participa activamente en todo este trabajo… corrigiendo, subrayando o matizando apasionadamente esos viejos papeles, para que vuelvan a ser nuevos.
Elisa Alonso y Mª Jesús Alcázar
(Con la colaboración de Mª Carmen Cabello)
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